Andrés López - Fernando Chumaceiro: El tesoro de un hombre es su familia

Para el venezolano de hoy, su familia tiene un valor sin igual.

Andrés López - Fernando Chumaceiro

Estamos en tiempo de Navidad. Tiempo de alegría, de unión, de compartir, aunque sea poquito. Sobre todo en un país donde ese poquito, cada vez es menos y donde la familia venezolana igualmente se achica, por la cantidad de miembros fuera.

Este año la Navidad para muchos puede ser de nostalgia y hasta de tristeza. Pero será una Navidad que ayudará a los venezolanos a retomar la importancia de ser miembro de una familia, rescatando el valor del apellido que llevamos, ese que nos ha marcado desde pequeños y que nos hace parte de un “clan”.

Por tradición, la Navidad en Venezuela es motivo de encuentros familiares. Los hogares son decorados con luces, nacimientos y árboles. Donde se preparan deliciosos platos y bebidas típicas de la época y se escuchan y cantan los tradicionales aguinaldos, parrandas y gaitas. Pero, sobre todo, es tiempo de ser familia, ese nuestro tesoro, el que permanece aunque estemos dispersos.

Andrés López - Fernando Chumaceiro
Para Chumaceiro su familia es su tesoro
Hago mías las palabras de Fernando Chumaceiro
La familia es el tesoro que yo tengo. Si tengo algo importante en mi vida es mi familia... Mi esposa ha sido mi compañera y amiga: un apoyo. No sé si he valido para algo, pero si he valido para algo, mucho de eso es por ella, por mi esposa.”

Y junto a la esposa, los hijos, los nietos. Los sobrinos, los hermanos. Ellos pasan a ser los pensamientos, las luces, los adornos, el arbolito y hasta el pesebre. Ese pesebre que promete cercanía, paz, amor y futuro de dicha y hermandad. Que promete los valores que hemos perdido, que hemos olvidado o que simplemente se han dormido.

La Familia, el mejor de los tesoros

Andrés López - Fernando Chumaceiro
Nuestras raíces está sembrada en el valor de la familia
Puede que este año las finanzas no sean muy buenas, puede que el niño Jesús no nos traiga nada material. Pero sí estoy seguro que nos traerá la paz y la promesa de que aún estando separadas nuestras familias ahora, seguiremos siendo gente de hermandad, gente de amor, de alegría.

Gente buena, el mejor de los tesoros esparcidos por el mundo, que lleva nuestros valores, nuestra esencia, nuestros apellidos, nuestras tradiciones a otras latitudes, a otros destinos dando lo mejor de sí mismos, y sembrando nuestras herencias, sobre todo el de ser un país grande y fuerte, porque nuestra raíz está sembrada en el valor de ser familia.

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