Andrés López - Fernando Chumaceiro: Un hombre que dejó huellas

Fernando Chumaceiro, a grandes rasgos se presenta al hombre íntegro, político y gerente de una ciudad como Maracaibo.

Conocí al Dr. Fernando Chumaceiro, una tarde de trabajo. Había muchos personajes allí, pero Don Fernando, y prefiero llamarlo así, destacaba por su calidez sencilla, esa que a distancia te habla de un hombre cabal. Una de sus tantas frases de esa tarde fue “Todos tenemos la obligación de hacer un esfuerzo por ser mejores con los demás.”    

Y esta ha sido la premisa a lo largo de su vida destacándose en sus actividades empresariales, en sus emprendimientos, en su actividad política, que según dice es una forma de ayudar a los demás porque la política no es su vocación. Ciudadano probo, honesto y lúcido; en las circunstancias actuales del país su figura y trabajo es referencia obligada para quien desea insertarse en la política. 

Tenaz y gran venezolano

Marcó positivamente la política venezolana

Fernando Chumaceiro Chiarelli nace en Maracaibo, Venezuela, el 12 de julio de 1931; es abogado, doctor en Derecho egresado de la Universidad del Zulia en 1957, época de mayor tensión política entre estudiantes y el gobierno.  Allí se desempeña como docente universitario y más tarde escritor.

Fue elegido por Copei, único partido al que perteneció, como diputado al Congreso pero pronto se retira. Su prioridad era su familia que comenzaba con su esposa la señora Olguita. Pero antes de regresar promueve desde Caracas la formación de Corpozulia de la cual fue presidente, una forma tangible de ayudar a su tierra natal y lo que él llama un regalo. Años más tarde y por lo que aún es recordado, fue electo popularmente Alcalde de Maracaibo en el año 1989.

Y la ciudad cambió

Referencia de Maracaibo

Comenzó por mejorar el servicio de transporte, la limpieza de sus calles, un Maracaibo más iluminado para la gente, porque esa si es su vocación, el servicio. Por eso fue reelecto para un segundo período, dejando  huellas en la ciudad y en su gente de la que está enamorada por su forma de actuar y afrontar la vida con jocosidad y alegría.

Nombrar al Dr. Fernando Chumaceiro es recodar tiempos buenos y nobles de la política, hombre de referencia moral tan necesaria en nuestros días. Rescato de ese encuentro al final de esa tarde marabina, su frase que cerraba una disertación sobre Dios:

“Nunca está el hombre más erguido en su dignidad, como cuando se arrodilla ante Dios y pide, ruega e implora por los demás, por los otros…”