Andrés López - Fernando Chumaceiro: Hacia la PATRIA con letras mayúsculas

Llamamos patria al lugar dónde nacemos y echamos raíces y no importa si la vida nos lleva a otro país. La patria está en el corazón.

Nacemos en un lugar del mundo determinado por la geografía, marcado por una historia y una cultura, que trabaja, lucha, ríe y vive conociendo ese lugar, amándolo en sus viajes, aventuras, en sus estudios, en su gente, en su trabajo. A eso le llamamos patria.

Y a la patria que nos vio nacer llamándonos venezolanos, la llevamos en el corazón, la defendemos con el alma ante cualquiera que se atreva a dañarla. Una patria que ahora está triste, cansada, adolorida pero no derrotada, una patria que se escribe en minúsculas, golpeada, reducida en su dignidad y olvidada por quienes deben defenderla devolviéndole su grandeza.

A esa patria le habla Fernando Chumaceiro, con palabras cercanas y llenas de tristeza:

“Sabes que desde niño mis padres y maestros te sembraron en mi corazón y conciencia como algo tan sagrado como las palabras libertad, igualdad y justicia.”

En Venezuela queda mucho por hacer

Hacia la patria con letras mayúsculas

La patria no nos pertenece para hacer con ella lo que queramos, somos de ella para darle belleza, honestidad, libertad, esfuerzo, realce, para darle familia, renombre, entregándole trabajo, luchas y sueños, pues ella nos devuelve todo en oportunidades, paisajes, monumentos, historias, familia y una forma de ser que nos distingue del resto del mundo. No hay en el mundo un país donde sus hijos escuchen las notas de su himno cuando su madre lo amamanta, porque en Venezuela se arrulla a los niños con el Himno Nacional.

Nos escribe Fernando Chumaceiro:

 “Llevo en mi corazón la patria que Bolívar me enseñó con sus escritos, discursos, proclamas y, sobre todo, con la fuerza imborrable de su ejemplo.”

La Patria está en el corazón

Y las familias de ahora nos encontramos en graves problemas ante la actual confrontación de valores que se proclaman a través de antítesis del deber ser, de lo bueno y honesto, de lo limpio y verdadero, del trabajo y esfuerzo, del servicio sin esperar nada a cambio. Porque la patria de hoy es la antítesis de lo que está llamada a ser.

En Venezuela queda mucho por hacer,  por que luchar, y aunque ahora nos demos un tiempo para detenernos, para respirar y descansar, sabemos que nos necesita y nos espera con la ilusión de quien cree en nosotros.

Hago mías las palabras de Fernando Chumaceiro:

“Cada vez que te mencione, escribiré tu nombre en minúsculas, hasta que vuelvas a ser la patria de los hombres libres, justos, dignos y honestos.”