Andrés López - Fernando Chumaceiro: Ceñirnos con el escudo de la verdad
La verdad a conveniencia de unos pocos.
En el mundo algunos países han pasado por épocas de crisis. De ellas se sale con bien o con mal. Las épocas de crisis muestran lo mejor o peor de cada uno de nosotros, o de toda una sociedad.
La crisis venezolana va mostrándonos lo que somos cada día. Cada día nos muestra esa verdad de lo que estamos hechos. Sobre todo en el ámbito político y de las personas que se hacen llamar democráticos, trabajadores sociales, de aquellos que en definitiva se dedican al discurso de proponer acciones a favor de los que más necesitan: de los pobres (que vale decir van en aumento cada día).
Pero la democracia venezolana ha perdido esa fuerza moral, ese accionar verdadero de otras épocas y momentos de nuestra historia, ya que la intención de la palabra es borrada por la mentira de la acción, descomponiendo así toda credibilidad de aquellos que pretenden dirigir acciones en pro de la democracia.
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| La intención de la palabra es borrada por la mentira de la acción |
Creo que Fermando Chumaceiro lo expresa mejor que yo:
“Uno se resiste a aceptar que el sistema actúe en contra del interés colectivo y en beneficio de intereses minoritarios, armados de poder.”
Ya San Pablo lo dice: “Ciñámonos con el escudo de la verdad” Y esto debería ser la norma de quienes deciden aventurarse en el camino político. Por amor a un país que lo da todo, por un pueblo que merece todo. Esto debería ser la vida y norma de los políticos en Venezuela: La verdad.
La verdad a conveniencia de unos pocos
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| La crisis venezolana va mostrando lo que somos |
Mientras más explican más se acusan, decía mi abuelita. Y las explicaciones que muchas veces se dan ante las desasistencias sociales, ante las carencias de la población, ante el sufrimiento de muchos solo hacen que se aborrezcan las figuras de poder, las explicaciones y hasta las excusas.
Y la descomposición social, familiar, y hasta las buenas intenciones de unos pocos parecen sumidos en un código donde la verdad no tiene cabida:
Y la descomposición social, familiar, y hasta las buenas intenciones de unos pocos parecen sumidos en un código donde la verdad no tiene cabida:
“En Venezuela las apariencias sustituyen a la realidad y desde las más elevadas cumbres de la representación social se disimula, se finge, se acomodan los hechos a la mejor conveniencia de quien los expone.”
La democracia consiste en ejercer la libertad, denunciar la mentira y encontrar en todo momento la libertad, para encontrar entre las cenizas eso que permanece en cada ciudadano venezolano, la altura moral y ética de la patria.
