Andrés López - Fernando Chumaceiro: Como buen zuliano, Fernando Chumaceiro
Una persona que desea trabajar a nivel político, debe comenzar por conocer y amar su gente y su cultura, como Fernando Chumaceiro.
El gentilicio marabino se caracteriza por su alegría, atención, calidez y hospitalidad. Personas con nombres extraños de gran sonrisa y ánimo infatigable. Una tierra llena de gran bondad, que quien la visita una vez, regresa como dice el gaitero:
“Cuando voy a Maracaibo y empiezo a pasar el puente, siento una emoción tan grande que se me nubla la mente. Siento un nudo en la garganta y el corazón se me salta, sin darme cuenta tiemblo y sin querer estoy llorando.”
De esta tierra, cuna de hombres guerreros, ha nacido gente luchadora, hombres libertarios como Rafael Urdaneta, Rafael María Baralt y Alonso Ojeda, entre tantos otros. También hombres de nuestro tiempo que cada día expresan el amor por su tierra a través del trabajo, del arte, de sus letras y canciones o de su entrega cotidiana, haciendo lo mejor por los demás.
Zulia es tierra de guerreros, personas que llevan su gentilicio en el corazón y en sus acciones |
Hombres y mujeres como Ricardo Aguirre, el monumental de la gaita. Felipe Pirela, El ruiseñor del empedrao. Luis Aparicio, el grande de Maracaibo. Lila Morillo, la maracucha de Oro. Son apenas un puñado de famosos que han llevado, más allá de nuestras fronteras, la zulianidad en su corazón y sus acciones.
El político de corazón
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Este es el caso de Fernando Chumaceiro, hombre de recto proceder en todos sus ámbitos: Abogado, empresario, político, escritor, hombre que ama a su tierra, su gente y su cultura como expresión de aquello que llevamos dentro.
Tal es su amor por Maracaibo que escribe unas líneas entorno a la gaita, canto popular folklórico, y en ellas defiende su existencia y razón de ser:
"La gaita es alegría y devoción cuando da testimonio de su fe, pero también es reclamo saturado de ironías, ajuste anual de cuentas con el gobernante que promete y no cumple, con el que defrauda las expectativas populares. El primer encuentro del zuliano con la gaita se produce en la alborada de su vida, en su infancia. Allí se sella un pacto de sangre que lo acompañará para el resto de sus días."
Lo expresado habla de un hombre que comprende más allá de las canciones, porque sus letras hablan de su amor y su arraigo en una tierra que le ha dado todo y a la que quiere devolver todo lo que es y todo lo vivido con agradecimiento y sencillez. Y como buen político y demócrata, de esos que ya no hay, cuida y defiende su gente con la consciencia de que vino a servir y no a ser servido: Hay pueblos que esperan a los gobernantes en la bajadita. El zuliano los espera en la gaita.
Y así como cada año Venezuela entera espera las gaitas nuevas, esas gaitas protestonas, alegres y hasta chistosas, también esperamos hombres y mujeres dentro del servicio político que nos llenen de alegría y buenas noticias, como lo hace Fernando Chumaceiro desde su pluma y su palabra.