Andrés López - Fernando Chumaceiro: Los personajes de Dios, ejemplos de servicio

De Fernando Chumaceiro tomo sus palabras, que siempre han sido acompañadas por sus acciones, para tratar de dibujar bosquejos de los que se espera de un político en Venezuela.

Para escribir sobre la política y los políticos sobran momentos y temas. Pero creo que es bueno escribir para los políticos sobre todo indicándoles las personas que pueden ser ejemplo de servicio, sin olvidarnos que las acciones y las palabras deben ir acompañadas por la fe y el deseo de hacer bien las cosas.

Y como lo que trato es de escribir sobre el doctor Fernando Chumaceiro, tomo sus mismas palabras, que siempre han sido acompañadas por sus acciones, para tratar de dibujar bosquejos de los que se espera de un político en Venezuela:

"Yo asocio la Política – así con mayúscula – como apostolado, como servicio al prójimo. Acorde con el cumplimiento del principal de los mandamientos: Amar a Dios sobre todas las cosas, con todo el corazón, el cuerpo, el alma, el espíritu, y al prójimo como a uno mismo."

Un político es un trabajador social

 Cuando se lleva a Dios en el corazón, todo lo que se hace, se hace bien, con honestidad, con amor, con claridad de pensamiento y acción. Si se escoge el camino de la política es porque se tiene el deseo de hacer cosas buenas por los demás; es una vocación de trabajo social, por alcanzar recursos y servicios para los que menos tienen. Y así es para Fernando Chumaceiro, lo toma como servicio, como apostolado, como vocación.

Los personajes de Dios, ejemplos de servicio

Tomás Moro, el patrono de los gobernantes y políticos

A veces en los discursos políticos se nombra a Dios, a Jesús de Nazaret, y a Simón Bolívar, pero son mera referencia o más bien son utilizados. Fernando Chumaceiro presenta a tres personajes que iluminan su camino y que pueden ser ejemplo para los políticos venezolanos. Estos son Tomás Moro, Rómulo Gallegos y Andrés Eloy Blanco.

Uno de ellos, Tomás Moro, es Patrono de los Gobernantes y de los Políticos. Fue un laico, abogado, de recta conciencia. Y lo presenta como “ejemplo imperecedero de coherencia moral”, fuente de inspiración para una política que tenga como fin supremo el servicio a la persona humana.

Tomás Moro fue excelente padre, para los pobres siempre tenía tiempo y para cuantos deseaban tratar con él, siempre fue un gran amigo. Visitaba personalmente los barrios de los pobres para conocer sus necesidades y saber cómo ayudarles mejor. Muchas veces invitaba a su mesa a personas muy pobres, y casi nunca invitaba a los ricos. 

Y leer sobre Tomás Moro es recordar el rostro amable, la palabra certera, la mano extendida de Fernando Chumaceiro, y esa forma tan límpida de ser es lo que ha permitido que en Maracaibo y en todas las instituciones donde ha servido se le recuerde siempre con cariño y agradecimiento.